La Voz del Interior, 10 de setiembre de 2006 En un informe realizado por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (Iipe), el profesor de matemática en la UBA y periodista, Adrián Paenza, remarcaba que no hay que echarle la culpa del fracaso a los chicos. Y que el docente debe entrenarse para hacerse entender. “Si yo le doy una caja con distintos tipos de destornilladores a alguien que nunca vio un tornillo ni sabe para qué sirve es difícil que logre que se valoren esos instrumentos. Ahora si le doy una tabla, tornillos, cuatro patas... lo más probable es que intente armarla usando primero las manos, las uñas, un cuchillo hasta que inexorablemente surja la necesidad de una herramienta para resolver el problema; es en ese momento cuando tengo que darle los destornilladores”, grafica. En este sentido, Paenza subraya que no se puede empezar al revés. Comenzar por el destornillador, dice, es muy descorazonador. “Cualquier cosa que genere frustración provoca el abandono de la atención. El docente tiene que ganar la atención; no tiene que dar respuestas, tiene que generar preguntas”, agrega.
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